Desde hace tres décadas, el ‘Supermartes’ es uno de los puntos clave de ese circo político que son las primarias presidenciales de EEUU.
El Supermartes es muy importante porque hasta ahora, solo han celebrado primarias 4 estados. Hoy votan 11 en el Partido Republicano y 12 en el Demócrata. Para ganar la nominación republicana son necesarios 1.237 delegados. Hoy se deciden 595, o sea, el 48% de todos los que estarán presentes en la Convención de ese partido en Cleveland. En el caso de los demócratas, hacen falta 2.383. Hoy se asignarán 1.004, que suponen el 22% del total.
Hoy votan los estados Alabama, Arkansas, Georgia, Massachusetts, Minnesota, Oklahoma, Tennessee, Texas, Vermont, Virginia, Alaska (solo los republicanos), Colorado (solo los demócratas) y Samoa Americana (un territorio que es virtualmente una colonia, en el que, de nuevo, solo celebran primarias los demócratas). En el caso del Partido Demócrata, también votan los que están en el extranjero.
En el Partido Republicano, Donald Trump parte con una ventaja entre clara y escandalosa en 10 de los 11 estados. Solo hay uno en el que parece claro que va a perder, que es Texas. Ahí el favorito es el senador Ted Cruz.
Entre los demócratas la cosa está un poco más repartida. Hillary Clinton va a ganar con casi total seguridad en Alabama, Arkansas, Oklahoma, Tennessee, Texas y Virginia, y parte como favorita en Colorado y Massachusetts. Sanders parece destinado a ganar Minnesota y Vermont. En las primarias de 2012, en Samoa Americana votaron 285 personas, así que nadie se ha molestado en hacer una encuesta, no sea que fuera a contar a todos los votantes sin querer.
Desde luego. Quien gane hoy, habrá dado un paso de gigante hacia la nominación. Por un lado, por la enorme cantidad de delegados antes mencionada. Por otro lado, porque es una victoria psicológica de primerísima magnitud.